Japón. Comida
Dos (2) melones: 150€
Un racimo de uvas: 22€
Una mandarina: 2,5€
Parece que la fruta en Japón está un poco por las nubes...Y eso que la comida aquí no nos está pareciendo excesivamente cara. Si lo comparamos con Tailandia, Birmania o Vietnam, donde se puede comer incluso por medio euro, si que parece cara, pero comparando con el precio del menú del día de España, resulta que aquí comer es incluso más barato.
Hoy hemos pasado el día viendo los templos de los bosques de Nikko. Como estábamos enfrascados en el tema bucólico, se nos ha pasado la hora de la comida, y hemos subsistido con una bolsa de patatas fritas. En compensación, hemos decidido darnos un buen capricho para cenar.
Pero resulta que no es tan fácil elegir restaurante en Tokio. Para empezar, a la mayoría de los restaurantes no se entra desde la calle, sino que suelen estar en los pisos altos de los rascacielos, así que tienes que saber a dónde vas, porque no es plan de ir entrando a todos los portales y subiendo a todos los pisos a ver que tienen en el menú.
Para continuar, los menús no suelen estar en inglés, así que o tienen foto, o lo llevas clarito...En muchos restaurantes ponen en el escaparate una reproducción en plástico de sus principales platos, pero deben de hacerlo más pensando en los propios japoneses que en los extranjeros, porque luego la carta sólo está en japonés...
En fin, en la zona en la que estábamos hoy, no había ningún restaurante de ese tipo, así que tras mucho buscar, decidimos entrar en uno con una foto de unos filetes a la parrilla. Muy buena pinta. Tras sentarnos, y al traernos la carta la camarera... nos damos cuenta de que era un restaurante especializado en LENGUA de vaca. Menudo capricho. Manda pelotas venirse a Japón a comer lengua, cosa que no habíamos comido en la vida en España por razones éticas, estéticas y morales.
Y encima, ayer me compré un helado y resultó que era de JUDÍAS PINTAS. Como lo oyes.
Lo que no nos esperábamos de este país es el nivel que tiene en repostería. Es más, pensábamos que prácticamente no existiría, como en el Sudeste Asiático. Pues bien, resulta que hay unas pastelerías que quitan el hipo. Más bien parecen joyerías. Un poco carito, eso sí, pero deján a las pastelerías españolas a la altura del betún. Es más, nunca habíamos estado en ningún país (quizás exceptuando Austria) que tuviera una pastelería y bollería tan espléndida. Y además están por todas partes!!
Cuando casi nos morimos de la emoción fue cuando encontramos en Hong Kong un centro comercial super-pijo que tenía jamón serrano de Segovia. Pensamos: "llegó la hora de darse un festín". Pero se nos pasó la idea cuando vimos que los 100 gramos (que no el kilo) costaban 16€.
Ummmm lengua. No es tan deliciosa como parece...
En Tokio hay 6 millones de máquinas expendidoras de todo tipo. Lo más útil son las latas de Ice Coffee, sobre todo teniendo en cuenta que en una cafetería un café cuesta casi 3 euros.
En Japón, como en Tailandia, hay 7 Eleven hasta debajo de las piedras. En muchas calles incluso hay 2 o 3 con menos de 100 metros de distancia entre ellos. De todas formas, se ven más tiendas de conveniencia que supermercados grandes.